Nombre de la ruta:
Camino Inca Alternativo por paso del Salcantay
(Soraypampa - Salcantay - Colcampata - Sahuayaco - Aguas Calientes)
Origen:
Soraypampa (Mollepata, Cusco)
| Día |
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| 1 | 4 | 2 | 2 | 4 |
| 2 | 3 | 1 | 2 | 3 |
| 3 | 3 | 2 | 2 | 4 |
Destino:
Aguas Calientes
Distancia:
68km
Desnivel:
1150 m positivo acumulado
Cotas:
Inicio: 3800m - Máxima: 4650m - Mínima: 1500m
Duración:
3 jornadas
Piso:
Camino (60%), senda (20%), vía del tren (20%)
Atractivos:
- paisajísticos: vistas del nevado Salcantay y de la selva de altura,
- arquitectónicos: vistas del Machu Picchu desde abajo,
- cumbres: el paso del Salcantay, de 4650 m
Ortofoto:
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Perfil:
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Recorrido:
La ruta requiere bastante logística (caballos, tiendas, cocina...) así que no tiene mucho sentido dar una descripción detallada para que alguien intente repetirla por su cuenta. En nuestro caso lo organizamos con peruhotel o infotravelperu. Básicamente se parte de Soraypampa, que es un pequeño asentamiento en la falda del Salcantay, cuya población mínimamente importante más cercana es Mollepata. La ruta asciende hacia el paso del Salcantay (4650m por un camino bien marcado y luego desciende para comer en Hayrac y dormir en Colcampata. La segunda jornada llega a Sahuayaco, con comida en Collpachaka y la tercera conduce hasta Aguascalientes, al pie de Machu Picchu.
Galería
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Los caballos por fin nos adelantan | |
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Más allá de la morrena | |
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Ante el nevado | |
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El reposo | |
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La vegetación de las cumbres | |
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En el paso | |
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El campamento de la primera noche | |
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El interminable descenso | |
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Puri | |
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El grupo al completo en otro puente | |
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Anita camino a la cura de espanto | |
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Saboreando una Cuzqueña | |
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Enrique, Puri y Patrizia cruzando en la tirolina | |
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Paisajes espectaculares | |
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Llegando a Aguascalientes | |
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Bitácora
Fecha:
31 de julio 2006.
Nos levantamos a las 2 de la mañana para que nos lleven en coche al inicio de la ruta. Llegamos a Soray a eso de las 7. Cuando llegamos, no han llegado aún los caballos, descargamos las cosas y el coche se va. Seguimos esperando un buen rato, pero no llegan. Pasado un par de horas sólo nos quedan dos alternativas: cancelar o buscar un medio de transporte alternativo, así que nuestro guía se pone a negociar con la gente de la zona para alquilarles unos caballos. Al cabo de un par de horas, tras mucho tira y afloja, ha cerrado el trato e iniciamos el camino, pero dejando atrás nuestro equipaje y mirando de tanto en tanto con prismáticos a ver si se preparan para iniciar camino, cargan nuestro equipaje y nos siguen. Nos tranquiliza algo ver que efectivamente a la hora de iniciar camino les vemos ponerse en marcha. Más tarde, nos adelantan. Con el retraso, no llegamos al paso antes de comer, así que nos encontramos las tiendas montadas y la comida humeante en un campamento improvisado. Por la tarde seguimos camino. La vista del nevado y la morrena glaciar son impresionantes, llegamos al paso y comenzamos a bajar deprisa para que no se nos haga de noche. La idea es dormir donde estaba pensado inicialmente comer, en Huayrac, adonde llegamos ya anochecido. Llego agotado, pero un breve descanso y la cena consiguen reponerme en parte.
Fecha: 1 de agosto 2006.
Casi no he dormido debido a la altura y no sé si al agotamiento. Nos levantamos temprano e iniciamos la marcha para recuperar el tiempo perdido el día anterior. El camino es casi todo bajada, atravesando la selva de altura. Nos acompaña durante un trecho una madre que lleva a su niñita, Anita, al brujo del pueblo a que le cure el mal de espanto: un perro se lo ha metido en el cuerpo. Tras un par de paradas llegamos al campamento de Sahuayaco a dormir.
Fecha: 2 de agosto 2006.
Por la noche han celebrado un cumpleaños y han armado tanto jolgorio que casi nadie puede dormir. Después de dos noches sin dormir, yo duermo como un tronco. Nos levantamos y tomamos un camión descubierto que nos conduce al río, que atravesamos por tirolina (colgante, con capacidad para llevar dos o tres personas y algo de equipaje). Al otro lado, otro camión nos recoge y nos lleva a la estación de tren. Allí continuamos camino a pie (con alguna deserción que prefiere viajar en tren) por la vía hasta Aguas Calientes. De camino nos cruzamos varias veces con el tren y poco antes de llegar alcanzamos a vislumbrar las ruinas de Machu Picchu en lo alto.
Nos levantamos a las 2 de la mañana para que nos lleven en coche al inicio de la ruta. Llegamos a Soray a eso de las 7. Cuando llegamos, no han llegado aún los caballos, descargamos las cosas y el coche se va. Seguimos esperando un buen rato, pero no llegan. Pasado un par de horas sólo nos quedan dos alternativas: cancelar o buscar un medio de transporte alternativo, así que nuestro guía se pone a negociar con la gente de la zona para alquilarles unos caballos. Al cabo de un par de horas, tras mucho tira y afloja, ha cerrado el trato e iniciamos el camino, pero dejando atrás nuestro equipaje y mirando de tanto en tanto con prismáticos a ver si se preparan para iniciar camino, cargan nuestro equipaje y nos siguen. Nos tranquiliza algo ver que efectivamente a la hora de iniciar camino les vemos ponerse en marcha. Más tarde, nos adelantan. Con el retraso, no llegamos al paso antes de comer, así que nos encontramos las tiendas montadas y la comida humeante en un campamento improvisado. Por la tarde seguimos camino. La vista del nevado y la morrena glaciar son impresionantes, llegamos al paso y comenzamos a bajar deprisa para que no se nos haga de noche. La idea es dormir donde estaba pensado inicialmente comer, en Huayrac, adonde llegamos ya anochecido. Llego agotado, pero un breve descanso y la cena consiguen reponerme en parte.
Fecha: 1 de agosto 2006.
Casi no he dormido debido a la altura y no sé si al agotamiento. Nos levantamos temprano e iniciamos la marcha para recuperar el tiempo perdido el día anterior. El camino es casi todo bajada, atravesando la selva de altura. Nos acompaña durante un trecho una madre que lleva a su niñita, Anita, al brujo del pueblo a que le cure el mal de espanto: un perro se lo ha metido en el cuerpo. Tras un par de paradas llegamos al campamento de Sahuayaco a dormir.
Fecha: 2 de agosto 2006.
Por la noche han celebrado un cumpleaños y han armado tanto jolgorio que casi nadie puede dormir. Después de dos noches sin dormir, yo duermo como un tronco. Nos levantamos y tomamos un camión descubierto que nos conduce al río, que atravesamos por tirolina (colgante, con capacidad para llevar dos o tres personas y algo de equipaje). Al otro lado, otro camión nos recoge y nos lleva a la estación de tren. Allí continuamos camino a pie (con alguna deserción que prefiere viajar en tren) por la vía hasta Aguas Calientes. De camino nos cruzamos varias veces con el tren y poco antes de llegar alcanzamos a vislumbrar las ruinas de Machu Picchu en lo alto.
Recursos
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© Isidro Cuallado. 2 Agosto 2006
