La ruta comienza en el propio Rascafría. Un buen punto de partida está en la calle Jaramilla, junto al puente sobre el Arroyo Artiñuelo. Se parte dirección sur (alejándonos del centro de la localidad) por la propia calle Jaramilla hasta el fin de la misma, dejando a la izquierda un colegio y un polideportivo, punto en el que alcanzamos la calle Cuesta del Chorro. La tomamos a la derecha y alcanzamos una cancela de hierro, que hemos de atravesar.

El camino asciende suavemente entre prados donde pasta el ganado. Un poco más adelante, el camino se desdibuja en un prado con retamas y a la derecha se ve un cercado y un camino que lo rodea y que no hemos de tomar. Seguiremos de frente desde el camino que traíamos por una senda que asciende empinada hasta un camino transversal.

Tomaremos hacia la izquierda dicho camino y llegaremos pronto a otra cancela, que de nuevo hemos de cruzar. Desde allí, se tienen unas buenas vistas del Monasterio del Paular. Veremos dos caminos, uno que baja a la izquierda y uno que sube a la derecha, que es el que tomaremos y que nos conducirá, en un continuado y largo ascenso entre robledales y tras un par de giros bruscos (uno a la derecha y otro a la izquierda) hasta la Loma de Horcajuelos.

Tras el segundo giro, nos toparemos con una tercera cancela que de nuevo hemos de sortear. Llevaremos hasta este punto unos 3,5 km recorridos. A partir de ahí, encontraremos curiosas formaciones graníticas, primero a la derecha y luego a ambos lados, que culminan, poco antes del fin de la senda, en el Carro del Diablo, que podremos ver a nuestra derecha, compuesta de una roca sobre otra algo mayor.

Una pista atraviesa en diagonal la nuestra. A la izquierda nos conduciría hacia el Camino Palero (ver el tramo de la ruta Horcajuelos-GR10-El_Paular tras el Carro del Diablo) que conduce de Cotos al Paular y de frente, en ascenso, hacia el Reventón y a la derecha hacia La Pista de Las Matillas.

La pista de subida no tiene mucha pérdida. Está marcada de tanto en tanto por unas estacas con unas señales verdes y amarillas que nos conducen hasta el Puerto del Reventón. Bastante más arriba, en una curva a la derecha y junto a un arroyo que desciende ruidoso (A. de Sta. María), parte un desvío a la izquierda hacia el Alto de los Poyales. Nosotros, en cambio, continuaremos por la derecha hasta lo alto del Puerto (o, si vamos con raquetas, podremos acortar subiendo de frente y a la derecha). Arriba, nos ayudaremos de las estacas y de los hitos para alcanzar el puerto (2039 m) , que se encuentra marcado por unos monolitos junto a un murete que a la derecha conduce a lo alto del Reventón (2079 m) y a la izquierda hasta el Alto del Morete (2133 m). Tomaremos a la drecha para hacer la cumbre que da nombre al Puerto, y que se encuentra marcado por un vértice geodésico desde el que se aprecia la llanura segoviana, y volveremos hasta el puerto por el mismo camino.

El descenso es por la misma pista de subida. No debemos dejar de mirar a nuestra derecha la cumbre de Peñalara y al frente las de la sierra de Guadarrama. Llegada a la pista desde la que tomamos el desvío al Reventón, seguiremos de frente hacia Rascafría, pasando por la parte baja del Carro del Diablo. Continuamos el descenso por el pinar, con el camino jalonado de formaciones graníticas, hasta una cancela, la primera de una serie de tres hasta llegar a nuestro destino en Rascafría, y que atravesaremos. El camino se interna en un robledal siguiendo una trayectoria en zigzag hasta una segunda cancela bastante más abajo. Cruzaremos la cancela, ignorando un desvío que hay justo antes a la derecha y, unos cincuenta metros después de cruzarla, tomaremos un desvío por una vereda a la derecha.

La vereda nos conduce hasta un prado con retamas donde encontraremos pronto una pista a la derecha que seguiremos, entre prados hasta alcanzar la tercera cancela, ya en el límite de las calles de la localidad, y que cruzaremos de nuevo. Siguiendo por esa calle, llegaremos al polideportivo y el colegio, que dejaremos a nuestra derecha para tomar la calle Jaramilla que nos llevará hasta el arroyo Artiñuelo, donde comenzamos nuestra ruta.