Tomad una gallina y matadla. Y luego como la matéis, desolladla, y tiradle todo lo graso, y hacedla pedazos. Y ponedla en una alquitara de vidrio. Y poned con ella cuatro adarmes de nuez moscada, y otros cuatro de canela y de clavos y jengibre cada dos adarmes. Todas estas especias molidas. Y tapad la alquitara con masa, y ponedla al fuego. Y sacad el agua de ella hasta que se espese. Y como se espese, quitar el receptáculo. Y dad esta agua al que estuviere enfermo y sanará.
Manual de mujeres en el cual se contienen muchas y diversas recetas muy buenas, libro anónimo en castellano del siglo XVI.
El origen del plato se remonta probablemente al Paleolítico, cuando nuestros antepasados aprovechaban huecos en piedras para calentar agua con alimentos poniendo piedras calentadas al fuego. Nosotros lo vamos a usar de complemento en múltiples platos, como la crema de tomate americana, los caracoles a la madrileña, el risotto, etc.
Se introducen en la olla todos los ingredientes pelados (salvo los ajos)
y se cubren de agua
Se cierra la olla y se tiene 15 a 40 minutos (dependiendo de la olla) en la olla exprés.
No olvides seguir las instrucciones de uso de tu olla exprés, sobre todo para la apertura tras la cocción (aunque, si es tan antigua como esta, no creo que las conserves).
Se cuela el caldo.
Se enfría en la nevera (una noche) y se retira la grasa.
Dura 3 a 4 días en la nevera.
Se puede congelar en tuppers herméticos (no olvidar etiquetar con el contenido y la fecha de envasado).
Con el pollo se pueden hacer croquetas.
Si están muy cocidas, la mayoría de las verduras se habrán deshecho en el caldo y serán poco aprovechables, pero, si se quieren aprovechar, se puede hacer una crema de verduras, triturándolas con un poco del mismo caldo de pollo.